Y AHORA SÍ, FELIZ AÑO 2025

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Manjón Guinea

Licenciado en Ciencias de la Información, Criminólogo y escritor

FOTO AUTOR

Por María Marcos
Licenciada en Derecho y Librepensadora

Y ahora sí. Dejamos atrás un año. La verdad es que nunca sé si la reflexión debe ser que se trata de un año más o tal vez todo se simplifica a que se trata de un año menos. La cuestión es que sea lo que sea es el momento de apreciar lo que verdaderamente tiene valor y lo que verdaderamente nos da la felicidad. La tranquilidad y el estar rodeado de gente que merezca la pena. La actitud de disfrutar del momento, quitando importancia a los problemas, esos que son pequeños y que no llevan a ningún lado, y esos que son grandes y que por mucho que te preocupes no vas a resolver.

FIESTA FIN DE ANO 1

Como diría un jefe a sus empleados, no hay que preocuparse, hay que ocuparse. Pues eso, nos ocupamos, pero cuando toque. Esta noche vamos a disfrutar de la compañía, de las viandas, de la música, si son villancicos mucho mejor, y entramos en materia sin miramientos.

Como además no gozamos de una naturaleza inmortal propia de los dioses egipcios, mesopotámicos y griegos y llegados a ciertas edades de juventud acumulada, no podemos evitar sentir, o al menos yo, melancolía en un día como hoy con cierto sentimiento de no solo pasar digito, sino también de pasar página quedándose en el 2024 muchas cosas que ya no volverán o seguir alejándonos de personas que se quedaron atrás. Y es que el tiempo que todos sabemos que es oro, es medible y consumible y como los recursos naturales se agota.

El 2024 es un año que ha transcurrido lleno de crisis, discordias y perturbaciones, pero también con el optimismo que precisamente desprenden estas situaciones, con el halo de esperanza de salir de ellas y de mejorar. Hemos estado rodeados de conflictos internos y externos. Sin avances en las pugnas. Veo al 2024 subido en la espiral propia de un tornado americano, que va arrasando la tierra por la que pasa, dejándonos guerras, conflictos, crisis migratorias, disputas de políticos, subidas de impuestos, escasez de viviendas, catástrofes humanas y naturales, corrupción y juicios interminables, día tras día sin ver soluciones y llenándonos de hartazgo de hablar una y otra vez de lo mismo. Soluciones que hay, pero que se controlan por aquellos que viven por encima de las nubes, semidioses de las finanzas y el orden jerárquico y político que vigilan a los mortales como si fuesen marionetas, haciendo suyo el juego y dirigiendo nuestros destinos sin que ni siquiera lo sepamos.

Pero ahí está el optimismo. A pesar de todo esto, nos levantamos. Puede que no tengamos inmortalidad física, pero si espiritual. Y nos comportamos como si tuviésemos el elixir de Panoramix, nos tomamos esa pequeña dosis que te da la fuerza temporal y te hace capaz de levantar un menhir si hace falta. Ese elixir que nos lo da la familia, los amigos, esa otra familia elegida, los seres queridos, las buenas personas que nos rodean, los que nos protegen y nos levantan, a los que protegemos y levantamos, todo aquello que nos rodea y nos hace cada mañana mirar hacia delante y pensar que el futuro irá mejor.

Y mientras el mundo gira lleno de conflictos, podemos buscar algun tipo de disfrute, de los sencillos que son los mas gratificantes. Como el de la lectura que es esencial en nuestras vidas. Además de salud, retrasa el envejecimiento mental, refuerza la memoria, aumenta las habilidades verbales, es un alimento para nuestras almas, despierta nuestra imaginación, nos inspira en otras vidas, nos transporta a otros lugares, a otras vivencias, otros pensamientos, abre nuestras miras, nuestra comprensión hacia los demás, invita a la reflexión. Una alternativa al empacho televisivo y mediático de las redes. Una manera de disfrutar sin grandes aspavientos, sin necesidad de grandes compras, y además con la libertad de elegir lo que se desea leer. Y es que la lectura es muy parecida al ligoteo. Te sientes atraído por un montón de libros, que tienes preparados para empezar en algún momento. Es como guardar un buen vino para una ocasión especial, en este caso para cuando tengas el tiempo de disfrute y placer para cogerlo entre tus manos e indagar en los pensamientos plasmados por el autor.

Estas son mis reflexiones para el final del 2024, y así es como quiero que venga el 2025, cargado de elixir de Panoramix, y una dosis de vitamina llamada humor, con las gotitas justas que transformen la visión de la cosas y le añadan un lado cómico, risueño e incluso ridículo a la vida, haciéndolas parecer menos trascendentes y como ejercicio saludable practicar la felicidad que se siente leyendo, descubriendo nuevos mundos, nuevas vidas, creando nuevas realidades a través de la lectura apasionada que nos aportan los buenos libros.

Como diría Charles Dickens (1812-1870) «un nuevo corazón para un nuevo año, ¡siempre!»

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